lunes, 10 de diciembre de 2018

Miedo por la noche.

El miedo que se esconde en un callejón sin salida, a la una de la mañana.

Una chica yendo a su casa, su casa es la última, la luz de la farola parpadea y se mueve lentamente por el frío del invierno de Diciembre.
La muchacha ha estado de visita a casa de sus tíos para ver a su hermanito que hace poco hizo siete años, es demasiado tarde pero su hermano no podía dormir con las pesadillas que se le cruza por la mente todas las noches, siempre la misma, en bucle, siempre su madre.
Ella está preocupada, su hermano sigue sin creer que su madre ya no está, que murió hace dos meses en un accidente de trabajo, y ella ya no puede llorar, debe hacer de madre pero tampoco puede criarle, debe trabajar hasta tarde para poder sobrevivir en su piso, un piso que no está en buenas condiciones para un niño pequeño.

Mientras va envuelta en sus pensamientos, escuchando en bucle las palabras de su hermano sobre como quería a su madre, escuchando su llanto y luego recordando el abrazo y el beso de despedida; en ese entonces escucha una voz desconocida.
-Chica, ¿estás perdida?.- No sabe quién es, ni de donde procede la voz, la luz flojea y la oscuridad será eterna.
De repente siente unos brazos fríos, tiemblan mientras tocan su piel. Ella grita.

Y su voz se apaga.
...

Ahora tiene moratones, le cuesta deshacerse de su cuerpo en el suyo, tanto que no lo consigue, tanto que rinde,
Termina en un sótano (o eso cree), ya es de día y le duele todo, no ve a nadie.

A las horas llegan un grupo de hombres, entre siete o diez, van borrachos, fumando, riéndose. Dejan ver su cara antes de hacerle el mundo un infierno.
Ella intentaba defenderse, terminó con marcas por todo el cuerpo, sangrando y con quemaduras de cigarros.
Terminó su infierno a los 44 días, después de ser quemada, denigrada y utilizada, después de comer cucarachas y lavarse en su orina, después de ser penetrada por botellas y todo tipo de utensilios, a cuál peor.
Le amputaron el pezón izquierdo y fue violada por más de cien hombres. Quemada con cera en partes insospechables y congelada por horas para salir y seguir en una muerte lenta.

Cada día rogaba a gritos que terminaran con su tormento, que la matasen por fin. Pero ellos a pesar de todas sus súplicas siguieron demacrándola.
Su muerte fue lo peor, fue causa de una paliza por ganar un juego de piezas, que ellos mismos la obligaron a jugar.

Una menos.
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Esta historia ha sido sacada (sus agresiones finales) de la historia verdadera de Junko Furuta, de Japón. Si estáis interesados en saber toda la historia completa con todo detalles dar click en el enlace de abajo.

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https://www.kienyke.com/krimen/la-nina-japonesa-torturada-durante-44-dias-por-un-yakuza

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