domingo, 3 de febrero de 2019

Yo ya estoy muerto.

La volvería a besar una vez más,
una última vez, que me recuerde todo el mal.

Me gustaría olvidar su piel en mi piel,
el sabor de sus labios,
su sonrisa, que compagina tan bien con la mía.
Me gustaría dejar de buscar su fragancia en cada rincón de la casa,
dejar de buscar fotos suyas en cada caja,
quisiera no recordar las veces que le hacía llorar,
ojalá quedarme solo con lo bueno, 
como dice la gente...

Ojalá quedarme con esa tarde en la cafetería de enfrente,
donde se le manchó la nariz de chocolate,
y se puso colorada...
ojalá quedarme con eso, 
y no con sus lágrimas.

Siento ser lo que he sido, 
una fructífera arma,
una ráfaga de aire en su viento diario,
el café de por la mañana, simple, desnatado,
no sé si comprenderéis estas letras...

A veces pensé en abandonar,
no por ella, no, eso nunca,
si no por mi, 
por las noches en las que no llegaba,
por no saber cambiar por ella,
ella, la que tanto me amaba.

A veces pensé en que duraría toda la vida,
que ingenuo soy por pensar que pasaría,
es como cortar flores del jardín, 
ponerlas en el jarrón de la casa para decorarla,
y esperar que nunca mueran...

Juraría que se iba a quedar,
que yo era todo para ella,
imaginaba que me iba a aguantar...
aguantó demasiado, demasiados gritos,
demasiados amaneceres sola en la cama,
demasiados madrugones inesperados con mis llamadas perdidas...

Aguantó hasta que no pudo más,
todo tiene su límite,
hasta el globo más grande en un momento dado,
nunca nada es infinito,
ni mi cobardía,
ni el amor que teníamos.

Ahora soy un loco más,
borracho, como siempre,
pero ahora más...
Soy el seis de picas,
antes era un siete de corazones...
Con ella era más, más yo, 
más nosotros,
más mejor.

Ahora siento que ni el alcohol me quiere,
ya no tengo cobijo ni en mi corazón,
ahora estoy desolado, sin ropa, sin caparazón,
soy débil por consentir perderla,
pero era lo mejor,
ni yo iba a cambiar,
ni iba a dañarla más.

Espero que alguien llegue a su vida,
espero que junte todos los pétalos,
que le haga ser más hermosa de lo que ya era,
que no le contamine ni la marchite,
que haga perenne esa sonrisa tan bonita que tiene.

Es la flor más bonita,
yo hice que no lo fuera,
pero sé, que ahora relucirá a donde quiera que vaya,
será la más vistosas entre todas, su sonrisa,
esos ojos avellana que dejan el zafiro por el suelo,
aún estando rota, es más fuerte que ninguna otra,
y aún así, le hice el daño que nadie debería sufrir,
conque ahora será invencible, o eso espero.

Por ella sé que moriría,
y aunque esté escribiendo esto,
para mi, yo ya estoy muerto.

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