Hubo un día del que siempre me acordaré, vino hacia mí llorando, pidiéndome que despertara a su madre, que ella sólo sabía como hacerle dormir, que la noche anterior lo consiguió.
Le pregunté que si le había gustado el cuento, pensando qué, como todas las noches, habría cogido su libro para leerle una historia antes de dormir, pero ella entre sollozos me dijo, que cuando iba leyéndole el final, su madre le interrumpió.
Le dijo <<cariño, ¿te acuerdas que cuando estas triste por una pesadilla te doy gominolas? ¿Y qué cuando te las comes te tranquilizas y te duermes?>>
E inocente de ella le dijo que sí, <<¿te traigo las tuyas mamá? Muchas veces te las veo tomar en el baño y sé donde están.>>
Luego se las llevó y le dio las buenas noches, yéndose tranquila a la cama.
Corriendo la llevé a mi coche, mientras avisaba a la ambulancia desesperada, la pobre niña no sabía lo que pasaba, yo pensaba que estaba tranquila pensando que iban a despertarla, a veces sonreía, y le pregunté el por qué, ella sólo me dijo...
que su padre iba a volver].
0 comentarios:
Publicar un comentario